… Cuando el alma enferma.
Qué es… salud la depresion
…la palabra depresión viene del latín «depressio» que significa «hundimiento», lo que quiere decir que el afectado se siente hundido y vive con un gran peso, una tremenda carga sobre su existencia. La depresión es un trastorno afectivo que varía desde: un bajo estado de ánimo, que sienten todas las personas en algún momento de su vida, hasta un conjunto de síntomas tanto psíquicos como físicos, diferentes en su gravedad y duración, en función de cada persona, que deben ser diagnosticados y tratados porque no están dentro de la normalidad.
- ¿Qué sucede en el cerebro de alguien deprimido?
En el origen de la depresión están involucradas unas sustancias químicas del cerebro llamadas «neurotransmisores» que contribuyen a la transmisión de mensajes entre las células nerviosas. Algunos de ellos regulan el estado de ánimo y sí, por diversos motivos, no se encuentran en las cantidades suficientes pueden dar lugar a la aparición de este trastorno. La respuesta del cerebro ha determinado acontecimiento considerado estresantes, como puede ser una ruptura, la muerte de un familiar o una enfermedad, por ejemplo, puede alterar el equilibrio de estos neurotransmisores; sin embargo, en otras ocasiones, este desequilibrio se produce sin que el afectado haya experimentado ninguna de estas circunstancias, lo que sucede, en quienes tienen predisposición genética a la depresión.
- Las causas.
Muchos y diferentes solo motivos que pueden desencadenar una depresión:
- Antecedentes familiares.
- Situaciones estresantes como puede ser la muerte de un familiar o amigo, una ruptura, las dificultades económicas, problemas en el trabajo o quedarse en paro…
- Personalidad. Tienen más riesgo las personas de talante negativo, con baja autoestima o tendencia a preocuparse excesivamente por todo lo que les rodea.
- Estación del año. Hay quienes desarrollan depresión en otoño e invierno, cuando se reduce las horas de luz.
De todo es posible salir…
- No toda la depresiones son iguales.
Según su gravedad, duración y origen, se puede hablar de un tipo u otro de depresión a grandes rasgos, se diferencia entre la depresión de carácter exógeno, cuando es consecuencia de algún suceso traumático vivido por el afectado; y endógena cuando no se da ninguna circunstancia ni motivo que pueda haber influido en su estado emocional. Además, la depresión puede ser muy severa e intensa pero durar poco tiempo lo que se conoce como «trastorno depresivo mayor»; o bien, ser más leve pero de mayor duración, denominándose distimia o «trastorno distímico».
También se incluye dentro de las depresiones el trastorno bipolar o enfermedad maníaca depresiva, que se caracteriza por periodo de depresión mayor con otros de ánimo exaltado, actividad y energía desmesurada.
- El Tratamiento.
La depresión es una enfermedad tratable y más importante aún, tiene cura aunque los afectados no lo crean ni sientan así. Por eso, es muy importante la labor de los familiares y amigos que además del propio enfermo, deben estar muy atento ante cualquier posible síntoma. El tratamiento de la depresión puede pasar por uno o más especialistas: el psicólogo, el psiquiatra que será quien prescriba fármacos si lo considera necesario y el psicoterapeuta, si se requiere terapia individual o de grupo, además de la asociaciones que pueden ser de gran ayuda.
- Señales con que se manifiesta.
Los síntomas con que se inicia y desarrolla esta enfermedad son muy diversos y su incidencia va a depender del tipo de depresión y las características del afectado:
- Estar triste, sin ánimo, irritable.
- Tener falta de concentración y pérdida de memoria.
- Dormir menos y levantarse cansado.
- No tener ganas de hacer nada ni disfrutar con las cosas que antes resultaban placenteras.
- Comer menos o más.
- Sentirse inferior y culpable.
- Tener pensamientos suicidas.
- Sentir molestias diversas como dolores de cabeza, musculares, sensación de pesadez en piernas y brazos, fatiga, además de sequedad de boca y dificultad para respirar, los llamados síntomas somáticos o somatiformes.
Recomendación: OMS